Tomar decisiones inteligentes con el dinero que ahorramos
¿Pensaste alguna vez que el ahorro se convierte en inversión cuando decidís que hacer con él?
Cualquier persona con capacidad de ahorro está en condiciones de transformarse en un gran inversor. En otras palabras, consideramos inversor a alguien que, con sus excedentes de dinero, realiza actividades financieras o comerciales que persiguen como objetivo obtener una renta de su capital.
Por lo general, en Paraguay, las inversiones sofisticadas como la Bolsa de Valores,o la compra de títulos o bonos están restringidas a un grupo selecto de personas con excedentes de capital, que normalmente hacen negocios de corto, mediano y largo plazo.
Mientras que la gran mayoría de las personas con ingresos suficientes como para ahorrar no se consideran inversores a la altura de las circunstancias como para hacer uso de ese tipo de herramientas financieras.
No tener un panorama claro e informado sobre las posibilidades de invertir los ahorros nos lleva a cometer errores en términos de planificación de inversiones. El primer error es considerar que no contamos con el capital suficiente como para planificar esquemas de inversión con altos índices de rentabilidad.
Note desanimes, el 1º paso es descubrir los errores comunes y los desaciertos recurrentes a la hora de ahorrar, y luego, empezar a pensar como inversor, con buena información y los consejos adecuados.
Ser Inversor. Ser Consumidor esa es la cuestión
Irse de viaje a Brasil, comprar otro LCD en el hogar, cambiar el auto aunque todavía no sea necesario, son esos “gustitos” que nos damos, y en los que disfrutamos gastar.
Sin embargo, siempre tenemos latente la obligación de ahorrar, de contar con un resguardo, una reserva que nos de tranquilidad.

Podemos decir que es el dilema clásico que se da constantemente en la mente de la clase media Paraguay, el debate interno entre guardar para un futuro, un negocio, un departamento y el disfrute instantáneo de gastos transitorios.
La clase media de Paraguay es compleja en su forma de analizar la realidad de consumo e inversión y tiende a mezclar los conceptos. Estamos hablando de personas por lo general instruidas, con formación terciaria o universitaria, con aspiraciones, deseos de progreso y altas expectativas de mejora económica en el futuro.
Esta situación lleva a una confusión y una justificación falaz en términos de inversiones y suele ser común comenzar a justificar compras de bienes de uso en términos de inversiones.
Lo primero que hay que entender es que los bienes de uso o los servicios no son inversiones, no al menos en términos monetarios.
Es muy importante organizar el gasto y encaminarse en una dirección que te lleve a ser un inversor inteligente y un consumidor responsable.
Así como claramente no es recomendable malgastar o derrochar todo el dinero que uno gana, tampoco no es necesario guardar todo lo que sobra para inversión.
Esta afirmación es clave a la hora de analizar en uno mismo la relación entre ahorro y consumo.

En resumen, la ventaja de invertir en ladrillos sigue siendo su buen rendimiento a corto plazo y la posibilidad de resguardar nuestro capital frente a los vaivenes de la economía de forma segura, con amplias posibilidades de desarrollo a futuro, siempre que la inversión incluya una mirada estratégica del mercado, seleccionando cuidadosamente la ubicación del inmueble, características y forma de pago.